sábado, 18 de agosto de 2012

Carta 8

No sé que hice mal, hasta ahora me pregunto pero no hay nada por lo que me merezca esto. Y si, así es, no soy lo suficientemente valiente para decirte adiós, o quizás aún espero con la más mínima esperanza que algo de tu parte pueda llegar a darme el calor que necesito.
Pudiste ser la mujer de mi vida, aunque tú seas la mujer que no soñe nunca, porque no me hubiera alcanzado la imaginación para soñar tal perfección. No quiero decirte adiós, pero no puedo seguir así, no puedo seguir a tus pies, como si fuera un perro, debería decidirme de una vez que voy a hacer.
No es fácil, no quiero perderte, no quiero perder tus besos que me erizan toda la piel, no quiero perder tus manos que tanto bien me hacen, no quiero perderte a vos...
Pero no quiero que me hagas más daño, quiero tu amor, quiero ser quién ames de verdad. Honestamente no se que pasó de la noche del viernes al sábado de tarde, que tanto pude haber hecho para que me trataras así, quiero decirte que la verdad pienso que no merezco nada de esto, aunque tampoco sé, y no quiero decir, que la culpa sea mía, o sea tuya.

Que algo tan lindo me haga mal, es una pena...

Tendré que aprender a superarte, a ser más fuerte que ti, ignorarte si eso hace falta, tendré que ser cruel y despiadado para que me prestes atención a mí ? Será que el mundo del revez ah llegado hasta aquí? Será que todo lo que no quise nunca está aquí?
No me hagas ser quien no soy, no me obligues a ser lo mejor y lo peor que te pasó. Aunque no lo creas soy capaz, soy más que capaz de lo que imaginas; con el mismo empujón que te ayudo a seguir te puedo hacer caer y llorar. 

No quiero esto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario