viernes, 22 de octubre de 2010

AmorAmor.

Durante un largo pellizco de mi vida, tuve citas con el amor. Nos veíamos para tomar algo, hablar de nosotros y saborear las dulces meriendas que nos aportabamos. Nos encontrabamos en lugares donde solo era capaz y valiente de ir con él. Debió correr la voz de mis encuentros con el amor entre el resto de emociones y pensamientos, tanto que estos, muertos de envidia corrieron a disfrazarse de amor y venir a buscarme, completamente maquillados. Lo peor no fue que merendaran conmigo, ni que yo les creyera hasta que descubrieran sus disfrazes horas más tarde, lo peor fue haberles llevado a ese precioso y genuino lugar en el fondo del  corazón, que yo le tenía reservado al verdadero amor.

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